Abelardo Muñoz
Me encontraba repasando las consecuencias de la pasada Conferencia Política del PSOE, en la que nuestro Secretario General dirigió un discurso a la militancia en el que hacia referencia a las diferencias entre nosotros y ellos, entre los socialistas y los populares.
Estaba esgrimiendo el ya conocido “no somos lo mismo” y lo hacia con fuerza, con una pasión inusitada, como queriendo decir que hasta aquí hemos llegado, que basta ya de comparaciones interesadas, que no pueden establecerse comparaciones entre un partido creador de derechos sociales, con otro que es destructor de derechos sociales.
No pueden ser lo mismo las personas que luchan toda su vida por eliminar las desigualdades sociales, que aquellas que, aunque no luchen por eliminarlas, callen y otorguen ante los desmanes de sus representantes políticos.
Esta socorrida comparación sirve de bálsamo para aquellos que empiezan a tener cargos de conciencia, para aquellos que en su fuero interno y con la boca pequeña, se indignan con las tropelías que realizan aquellos a los que votaron. Sirve como vía de escape y como salvaguarda de pensamiento, pues generalizando en la mal entendida igualdad, salvan o excusan su sentimiento de culpa.
Muchas personas conozco que desmontan esta absurda teoría y todas ellas de las bases de mí partido (seguro que hay muchas mas en otros), esas bases a las que Rubalcaba animaba en la Conferencia a luchar y a reconquistar el favor de l@s ciudadan@s.
En esas estaba cuando recibí un mensaje de una de ellas, Jaume D’Urgell, que me expresaba su mas absoluta felicidad por la aprobación de la Enmienda de Derechos Humanos en la Conferencia Política.
Este hecho global y no personal, demuestra bien a las claras como viven la política, personas como Jaume. Son personas que pasan su vida luchando por los derechos de sus conciudadan@s, personas que se entregan a los demás, aportando su granito de arena para el bien común, personas que están en política para servir y no para servirse, personas que en definitiva, establecen la política como un quehacer prioritario para mejorar las condiciones de vida de sus semejantes.
He de confesar que sigo a Jaume desde hace mucho tiempo. En el pasado mes de Febrero me atreví a ponerme en contacto con él y le hablé de la posibilidad de venir a Almoradí a participar en un acto que íbamos a organizar. Desde el principio se puso a nuestra más absoluta disposición, sin condiciones, sin pretensiones y con la única voluntad de ayudar y colaborar. Viajó hasta Almoradí en tren desde Bilbao, en clase turista, durmió en una pensión del pueblo y las pocas horas que estuvo con nosotros, se interesó por nuestra ciudad, sus circunstancias, sus problemas y sus dificultades. Participó con éxito en nuestro acto y nos dejó un magnifico recuerdo.
Este tipo de personas son las que enriquecen la política, las personas que demuestran que no somos lo mismo, las personas que vale la pena conocer y las que te enseñan como debe ser la política que todos merecemos.
Como él hay muchos, la mayoría anónimos, que con su esfuerzo y dedicación, en todas las Agrupaciones locales, demuestran que no somos lo mismo, que nosotros tenemos unos ideales y un objetivo político, el bienestar, los derechos sociales y la defensa de tod@s nuestr@s conciudadan@s.
Escribir comentario
Miguel Gras (lunes, 25 noviembre 2013 23:47)
Efectivamente, no podemos ni queremos serlo, los socialistas militamos por convicción, para poder dar un servicio a la comunidad, ellos se afilian para poder estar al lado del que tiene poder para ver que pueden recoger.