José M.Rodriguez
La estrategia de Estado del PP contra el activismo se basa en la criminalización de la protesta, intentando modificar y aplicar el código penal y la fuerza pública a los llamados activistas sociales, empleando medidas consistentes en señalar, hostigar, perseguir, encarcelar, y hasta torturar a quienes actúan motivados por opciones de vida políticas, comparándolos con delincuentes y/o terroristas, llegando a suponer un autentico "terrorismo de Estado, pretendiendo la deslegitimación de los activistas, movimientos sociales y medios de comunicación, eliminando así de un plumazo las libertades de asociación y libertad de expresión.
El derecho de rebelión y de resistencia es un derecho que poseen los pueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo, o legítimos, pero que han devenido en ilegítimos durante su ejercicio, lo que autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos y reemplazarlos por gobiernos que posean legitimidad. Ese derecho a la resistencia frente al tirano, que incluso se ha llegado a justificar su muerte se puede encontrar ya en Platón, cuando trató el tema de la tiranía y del derecho del pueblo a defenderse contra el tirano y la injusticia, y posteriormente otros autores, tales como San Isidoro de Sevilla y Santo Tomás de Aquino.
El derecho de resistencia fue incluido de forma explícita en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución francesa, así como citado en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776, según la cual: "la ley natural le enseña a la gente que el pueblo está dotado por el creador de ciertos derechos inalienables y puede alterar o abolir un gobierno que destruya esos derechos".
El PP debe saber que una protesta es la exhibición pública de la opinión de un grupo activista (social o político), mediante el arte escrito o una congregación en la calle, a menudo en lugares o fechas simbólicas. El propósito es mostrar que una parte de la población está en contra de una determinada política, persona, ley, etcétera. Recordemos que si no hubiese protestas de "insumisión civil" en los EE.UU, los negros todavía no podrían subir a un autobús.
En un estudio sobre la relación entre la calidad de las instituciones y las protestas se encontraron que en los países con instituciones que funcionan bien hay más tendencia a participar a través de foros institucionalizados, mientras que en los países con instituciones menos eficaces se utilizan mecanismos de participación directa tales como las protestas callejeras.
Respecto a los partidos políticos ocurre lo siguiente: en países con buenas instituciones, las personas que creen que los partidos los representan bien tienen más tendencia a participar en un partido y tienen más tendencia a participar en manifestaciones.
En consecuencia, los partidos pueden elegir entre las vías institucionalizadas o canales más directos. Además, las manifestaciones se intensifican si los jefes políticos creen que es la mejor forma de afectar las decisiones.
Hace tiempo que sabemos que al PP nunca le han gustado las manifestaciones contra la guerra de Iraq, contra los atentados del 11M, contra el Prestige, contra la Reforma Laboral, contra la subida del IVA........pero sobre todo nunca le ha gustado que se le cuestione o se proteste, porque de todos es bien sabido como es su “talante democrático”.
José M. Rodríguez
Escribir comentario
Miguel Gras (lunes, 14 octubre 2013 23:09)
Lo que es realmente triste, es que con la situación que estamos viviendo, los ciudadanos tienen miedo a manifestarse, hacer huelga etc., perdiendo cada vez derechos, sueldos y puestos de trabajo, sin que se vea mimgún atisbo de cambio.
Pedro (jueves, 17 octubre 2013 22:55)
¿De qué talante hablas Jose Manuel? ¿Es que tienen?