Manuel Quesada
Es muy lamentable, como vengo insistiendo, que la izquierda española contando con una inequívoca
mayoría de ciudadanos en sintonía con sus ideales sea sustituida una vez y otra por un conservadurismo que a la gran mayoría no satisface, pero que se adopta como opción ante las fórmulas y
procedimientos que utiliza la izquierda cuando está en el poder. La izquierda en el poder no ha sabido explicar sus acciones, no ha convencido.
Las única formación política de izquierdas que, hasta ahora, tiene opción de llegar al poder es, sin duda, el PSOE, aunque IU le va siguiendo los pasos, en ocasiones, bastante cerca. El principal
problema es que desde el este y desde el oeste se ha venido fomentando y extendiendo la idea de que el PSOE ya no es de izquierdas, que se parece al PP casi como dos gotas de agua, y el propio
Partido Socialista se presenta en ocasiones con una imagen de “centro-izquierda” (desde que optó por abandonar el marxismo y se apuntó a la social-democracia). Mire usted, seamos sinceros, el
centro no existe, el centro es un invento de la izquierda moderada para poder entrar en el juego ante la preeminencia de la derechona con el capitalazo heredado de la dictadura, y la prueba es
que aquellos partidos de centro que se formaron duraron lo que una tableta de chocolate en la puerta de una escuela. Hecho su trabajo, se fueron al garete.
No hay más que izquierda y derecha, como se estableció tras la Revolución Francesa, déjese de coñas…
El Partido Socialista, bajo mi punto de vista, no debe tener el menor rubor en actuar y presentarse públicamente como un partido de ideología izquierdista porque he comprobado que sus bases están
inequívocamente en ésa posición y son las cúpulas las que juegan una vez sí y otra vez no a este juego de luces y sombras, temiendo perder espacio en la arena política, y es por ello,
precisamente, que a veces, como en estos tiempos, van a correr el peligro de que los echen al corral.
Hay sobrados argumentos para demostrar el izquierdismo del PSOE pero no se esgrimen adecuadamente, ni se explican con razonamientos convincentes, pero los hay.
Mire Vd. la mitad del tiempo de nuestra democracia actual, ha transcurrido con gobiernos socialistas, y toda la modernidad y todo el desarrollo social se ha producido con ellos. No voy a hacer
aquí relación de las medidas adoptadas en este sentido tanto por Felipe González como por Rodríguez Zapatero porque me falta espacio para ello, pero todos sabemos que esto es así.
También hay que reconocer que, sobre todo en esta última legislatura socialista, se han cometido errores, errores no imputables al Partido ni a su ideología sino a la estrategia de un gobierno
acosado por todas partes (como le pasó al final a Felipe González) que se equivocó, como es humano equivocarse, y cedió en algunas medidas ocasionando que entrara la derechona a gobernar con las
mismas medidas elevadas a la enésima potencia y dejarnos el país hecho un solar.
Cuando se sabe que no se va a gobernar, se puede presumir todo lo que se quiera, ofrecer el oro y el moro, porque como no se va a tener que repartir, pues eso… a sacar pecho y a captar apoyos
para ser más fuertes, pero nada más.
Mire usted, la izquierda lo que tiene que hacer es luchar por los trabajadores, por las clases más necesitadas, por los sectores más atacados, por la igualdad, por la educación, por la sanidad,
por los servicios públicos, porque los ricos no nos estén engañando y robando constantemente con trucos, normas y fórmulas que cada vez nos ahogan más. La izquierda tiene que ponerse de acuerdo
para afrontar el gran reto que supone enfrentarse a ésa máquina tardo franquista, eclesiástica, militarista y ultra conservadora que continuamente nos estamos encontrando a cada esquina para
arrebatarnos hasta lo que portamos en la faldriquera.
Y la izquierda, para conseguirlo, lo que tiene que hacer es unirse, y –respetando todas las “sensibilidades”- adoptar una estrategia conjunta que posibilite alcanzar el objetivo por todos
deseado, que es mandar al carajo a todos estos canallas que nos están dejando en pelotas. Son mucho más las cosas que nos unen que las que nos separan, y el objeto es común para todos, y –sobre
todo- olvidarse del reparto de sillones si se llega al poder, porque un ciudadano de izquierdas tiene que trabajar y luchar por la justicia social, no por la poltrona. Eso es asunto de los otros,
así es que llegado el momento que sepamos que habría que poner al frente a los más capaces, pero con los mismos derechos que la clase de tropa.
Con una izquierda así, no habría elector decente que se resistiera, pero lo que tenemos ahora no es más que una melé. Lo puedo decir más alto, más claramente, no,.
Mañana es PRIMERO DE MAYO. El día sagrado de la izquierda, paradigma de la lucha obrera y símbolo de la presencia de los que tenemos que trabajar en los asuntos políticos y sociales para poder
vivir. Pero, siendo así, mañana cada uno celebrará a su modo y manera la jornada, en “familia” y en su propia casa, en lugar de salir a la calle todos juntos en un clamor de unidad y de objetivos
comunes para dejar bien claro quién está al norte y quién al sur. Gritando a todos lados “JUNTOS, SÍ PODEMOS”.
Cuando murió el dictador, así lo hicimos, y fue nuestra unidad la que posibilitó la democracia actual, un logro que parecía casi imposible…. Pero ahora, con las mieles obtenidas, nos hemos
relajado y cada uno ha pasado a mirarse el propio ombligo en lugar de pelear y compartir, y así nos va. Estamos al punto de perder todo lo ganado y la culpa no será de los otros, no. Será sólo
nuestra.
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Abelardo (lunes, 06 mayo 2013 16:51)
Volver a los origenes, a nuestra razon de ser, a pelear por el ciudadano y sus derechos, ese es el camino, el unico camino.